Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Kurt Busiek.
Dibujo: Cary Nord.
Páginas: 176.
Precio: 18,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Abril 2011.
Tras años siendo una propiedad de Marvel Comics, en noviembre de 2003 Dark Horse editó su primer cómic de Conan, un número cero que anticipaba el lanzamiento de una nueva serie con Kurt Busiek al guión y Cary Nord a los lápices. Conan. La leyenda es la reedición de este material ya publicado previamente por Planeta DeAgostini, pero respetando la cronología de las aventuras del bárbaro de Cimmeria. No era una tarea fácil ponerse a la altura de las mejores historias del bárbaro de Cimmeria editadas en cómic, aquellas que escribió Roy Thomas y dibujó John Buscema, pero este Conan es un digno heredero porque captura el mismo sentido de la aventura que tenían aquellas páginas. Busiek describe a un Conan joven, casi adolescente pero ya viajero y alejado de su Cimmeria natal en busca de las maravillas del mundo que le rodea y de aventuras que vivir. El guionista entiende que Conan no es un héroe, al menos no uno típico. Tiene un fuerte sentido del honor, pero no actúa en beneficio de los demás. Es un bárbaro, salvaje y testarudo, diestro con la espada y en la lucha, dispuesto para la conquista de batallas y de mujeres.
«Y allí llegó Conan el cimmerio, de negros cabellos, mirada huraña, espada en mano, un ladrón, un saqueador, un asesino, de grandes tristezas y grandes alegrías, para pisotear los enjoyados tronos de la Tierra», es como le describe Busiek en las páginas de su número cero, en el que, con la ayuda del preciosista dibujo de Nord, sienta las bases del personaje y de su narración, con un visir que lee a su príncipe las hazañas de Conan, un héroe del pasado, tal y como aparecen en viejos documentos nemedios. La primera característica rompedora de esta serie de Conan con respecto a las que editó Marvel salta a la vista nada más abrir las páginas del volumen: su estilo de dibujo, cercano a la pintura debido a que no ha recibido trabajo alguno de entintado. Y es una espléndida elección. El poderoso color de Dave Steward completa una labor visual magnífica. Nord se mueve a gusto por la narración, por los primeros planos y por los grandes escenarios para rematar un dibujo sobresaliente y hermoso.
A lo largo de los siete primeros números de la serie, Busiek traza una saga que lleva a Conan a Hyperbórea, una tierra que él sueña como un paraíso y que, al descubrirla, comprende que dista mucho de serlo, al menos para los esclavos que viven allí. Entre los pasos de esa narración, Busiek introduce la adaptación de uno de los relatos de Howard, La hija del gigante helado, que da título a este primera entrega de Conan . La leyenda. Esa historia, publicada en el segundo número de la colección, ayuda tanto a guionista como a dibujante a asentar el toque de fantasía que necesitan Conan y su mundo. También la necesaria carga de violencia y erotismo que precisa un mundo salvaje y arcaico, uno de los más conocidos universos de espada y brujería de la ficción moderna, en el que el protagonismo recae en los guerreros, todo apuntado desde el comienzo de la serie para acentuado aquí. Con todos esos elementos, Busiek y Nord componen un hermoso retrato épico de aventuras, que cumple sobradamente la función de entretener al lector, actualizando la narración a los usos de la industria del siglo XXI y además siendo fiel al personaje creado por Howard y a la esencia que adoran los aficionados gracias a los mejores cómics que protagonizó el bárbaro. Una pequeña joya imprescindible para los completistas de Conan y los amantes del cómic de aventuras.
El primer tomo de Conan. La leyenda contiene el número cero de finales de 2003 y los siete primeros de la serie regular americana, titulada simplemente Conan, editados originalmente por Dark Horse entre febrero y agosto de 2004. Además, la edición española incluye un extenso reportaje sobre Robert E. Howard, creador del personaje en la literatura, y un cómic de tres páginas en blanco y negro que fue el que sirvió a Nord para conseguir el trabajo en la serie. Ese cómic de prueba, escrito por Busiek y entregado a una veintena de ilustradores para que mostraran sus argumentos, contiene la esencia de este nuevo Conan, bárbaro pero noble, que tanto tiene en común con las mejores encarnaciones del personaje. Y es la mejor carta de presentación para esta nueva imagen del personaje, deudora y digna sucesora de la visión en cómic más recordada, la que publicó Marvel en los años 70 y 80 del siglo pasado.