Guión: Joe Keatinge.
Dibujo: Ross Campbell.
Páginas: 152.
Precio: 13,95 euros.
Presentación: Rustica.
Publicación: Marzo 2013.
El lavado de cara que Image está haciendo a algunas de sus franquicias más populares de los años 90 es impresionante. Glory, creada por el siempre criticado Rob Liefeld y retocada posteriormente nada menos que por Alan Moore, era una heroína exuberante, de marcado atractivo sexual, que lucía un minúsculo disfraz rojo. Pero la segunda década del siglo XXI cambió por completo su fisionomía. Los dioses se convirtieron en aliens, la fina piel de la protagonista de repente se llenó de cicatrices de batalla, y su espectacular figura ganó en masa muscular para parecer lo que realmente tenía que ser: una máquina de guerra. La sensualidad dio paso a la brutalidad y los cánones físicos imposibles del cómic adquirieron un carácter realista y contundente. Y ya no es la historia de una admirable heroína, sino la de un personaje que siente muchas dudas y que, como explicita el ominoso e intrigante título de este primer volumen, es La destructora que fue y será.
Joe Keatinge reimagina el universo de Glory con acierto ya desde la primera frase de su guión: «Ahora todo es diferente». Y a partir de ahí todo son golpes de efecto para sorprender al lector. La aparición de Supreme en el primer número sirve para fijar las bases del personaje, e introduce al nuevo elenco de secundario, especialmente a la pequeña Riley Barnes, un personaje fascinante desde el principio. A pesar de los esfuerzos de Keatinge, que ofrece planteamientos novedosos para el personaje, los dos primeros números no son especialmente originales. Pero llega el tercero. Cambia el escenario, cambia el tiempo y, sobre todo, cambia la percepción que el lector tenía de todos los personajes. Cambia todo. De nuevo, «ahora todo es diferente». Lo que Keatinge desencadena a partir de ese instante, en la segunda mitad de este libro, es una guerra. Se acaban las sutilezas, se apuesta decididamente por la acción. Y aunque ahí también transita terrenos ya recorridos en multitud de series, el trasfondo planteado en el tercer número queda sobrevolando la historia y manteniendo también el interés por esa parte.
Esos tres números finales de esta entrega son los que permiten a Ross Campbell un mayor lucimiento, tanto en su narrativa como en el diseño de criaturas. El dibujante abraza sin problemas los aspectos más violentos y sangrientos de la historia, y lo hace explícitamente, sin eufemismos ni sombras que oculten ese carácter. Su versión de Glory, lejos de la perfección con la que fue creada, es muy interesante, no sólo en su versión más dañada por la batalla, sino también con las rotundas formas de guerrera con las que aparece en el primer tramo de la historia. Lo que ofrece es realismo por encima de ficción superheroica, incluso sin ser un dibujante que apuesta por anatomías fotorealistas, como evidencia en los personajes más humanos y en especial con el rostro de Riley. Campbell es un dibujante que gusta de recargar sus viñetas, en especial las más espectaculares.
Image Comics publicó los seis números que contiene la edición de Aleta entre febrero y junio de 2012. Aún siendo los seis primeros números de la nueva colección, se respetó la numeración de la serie original de los años 90 como ya se hizo en otras cabeceras relanzadas por la editorial, con lo que son los números 23 a 28. Esta serie finalizó con el número 34, por lo que quedaría por publicar en España un segundo tomo. El único contenido extra que presenta el volumen es una galería de bocetos de apenas tres páginas. La edición española también contiene las seis portadas originales de los números que incluye, dibujadas las tres primeras y la sexta por el propio Joe Campbell, la cuarta por Ulises Farinas, la quinta por Kris Anka. La cubierta de este recopilatorio es la misma que tuvo el volumen que editó Image en septiembre de 2012.