Guión: Kelly Roman, en base a la obra de Sun Tzu.
Dibujo: Michael DeWeese.
Páginas: 352.
Precio: 17 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Marzo 2013.
Hay tanto de audaz como de temerario en la transformación de un texto del siglo IV antes de Cristo en un thriller futurista. Esa tarea es la que han emprendido Kelly Roman y Michael DeWeese con El arte de la guerra, y la balanza se inclina por lo audaz y, por tanto, por un juicio más que positivo. La temeridad y todas sus connotaciones negativas se esfuman en el momento en que, tras el primer capítulo, prolongar la lectura se convierte en algo inevitable, necesario y gozoso. Es una novela gráfica de dos debutantes en este mundo, sorprendente por su descarnado uso de la violencia y por su muy adecuada mezcla de realidad y ficción.
Lo que plantean Roman y DeWeese no es una adaptación de El arte de la guerra de Sun Tzu, sino una reinterpretación del texto en el marco de una historia diferente. Es un relato de ciencia ficción, que juega con elementos de la realidad. Sun Tzu se convierte en un personaje de la historia. Kelly Roman es, al mismo tiempo, el nombre del guionista y el del protagonista de la ficción. Y lo que cuenta es un enfrentamiento con el Príncipe, al que se puede colocar en la órbita de la conocida obra de Maquiavelo. Es claramente un planteamiento arriesgado.
Otro factor de riesgo está en que los dos autores son debutantes en el mundo de la novela gráfica. Nada que temer por ahí. Ambos realizan una labor soberbia, el primero encontrando fórmulas para intercalar su historia con las enseñanzas del tratado de Sun Tzu y el segundo para darles una salvaje plasmación visual. Viendo el éxito de su labor, sorprende que lo destacado en la biografía de Roman sea su condición de copropietario de una empresa de dispositivos médicos que tratan los síntomas de los trastornos de estrés postraumático, y en la de DeWeese que sea autor de storyboards para vídeos musicales.
Pero lo que es más sorprendente es que esas pinceladas biográficas se dejan sentir como algo que juega a favor en el magnífico desarrollo de esta novela gráfica. El estrés postraumático es una de las bases del protagonista de El arte de la guerra que desarrolla Roman, un ex convicto que por encima de todo busca la redención. Y el desarrollo visual casi parece cobrar movimiento, como si fuera el storyboard de una película en movimiento que DeWeese tenía en su cabeza. La mezcla, hay que insistir en ello, es audaz.
Kelly Roman divide su guión en trece partes asimétricas, por momentos muy distintas entre sí. A pesar de su tan espectacular como sencilla introducción, arranca como una historia realista. No es hasta la segunda parte, con la introducción de Jackie, la mujer a la que Kelly atacó, provocando su encarcelamiento, cuando se obtiene la primera gota de ciencia ficción. Y esa impresión queda ya establecida desde el arranque de la tercera parte. Lo que es evidente desde el principio es que Roman no hace concesiones. Su historia es cruda, directa, violenta y salvaje. Pero tremendamente equilibrada, con un mundo fascinante y con un ritmo frenético.
Para que ese ritmo funcione, dentro de lo que pretende ser una reflexiva y atrevida historia, es esencial que el dibujo de Michael DeWeese acompañe con acierto. En algunos rostros de los que dibuja se atisba cierta inexperiencia, pero el resultado es deslumbrante en todo momento. DeWeese apuesta por un blanco y negro contundente. El rojo marca los textos procedentes de El arte de la guerra de Sun Tzu y poco a poco comienza a dominar y a convertirse en un elemento narrativo esencial. Brillante en sus splash pages y en la forma de rellenar con sus imágenes los abundantes silencios de la historia y los momentos en los que depende de las frases en rojo.
El arte de la guerra es una novela gráfica sorprendente y brillante, en primer lugar porque se aleja completamente de lo que muchos lectores podrían esperar, una adaptación directa o una actualización de los preceptos de Sun Tzu. Narrativamente apasionante, visualmente apabullante. Es tan violenta y transgresora como valiente en todos sus planteamientos. Harper Collins Publishers editó originalmente The Art of War. A Graphic Novel en julio de 2012. Kelly Roman se basó para escribir esta novela gráfica, la primera de su trayectoria, en la obra de Sun Tzu en versión de Lionel Giles.