CÓMIC PARA TODOS

‘Operación amanecer 1. Que corra la sangre’, de Henry Zebrowski, Marcus Park y David Rubín

Editorial: Astiberri.

Guion: Henry Zebrowski, Marcus Park.

Dibujo: David Rubín.

Páginas: 120.

Precio: 16 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Mayo 2024.

Una historia nueva de vampiros tiene pros y contras. Los pros pasan por el hecho de que estamos ante, probablemente, la figura más querida del género de terror, aquella sobre la que pivotan un número incontable de historias de todo pelaje y condición. Los contras… exactamente los mismos, porque habiendo leído y visto ya a tantos vampiros pululando por la narrativa popular es muy difícil encontrar ángulos nuevos o frescos que nos llamen la atención. El de Operación amanecer, del que nos llega el primero de sus dos volúmenes, Que corra la sangre, puede presumir de haberlo logrado en una medida considerable. No es algo que no hayamos visto, no completamente, pero sí puede presumir de cierta originalidad. El guion de Henry Zebrowski y Marcus Park saben moverse por su escenario moderno, actual y dinámico. Y David Rubín le da ese toque distintivo que sabe aunar los distintos tonos que se concentran en Operación amanecer, incluyendo la comedia, que también está presente aunque no deje de ser un relato de terror en su base como también un thriller que casi podríamos emparentarlos con los de espías. La clave está en lo vampírico, es su auténtico motor a todos los niveles, también en el visual y Rubín eso lo disfruta mucho, pero tiene recovecos que, a la espera de un final todavía por llegar que corone bien la propuesta, amplían sus horizontes.

Lo que engancha de Operación amanecer es que vivimos en una sensación de caos continuo. Resulta que los vampiros se dividen en originales y creados, seguimos los pasos de una creada que es una adulta de cientos de años en el cuerpo de una niña que no puede ni comprar tabaco, y junto a un recién llegado a este mundo que intenta trabajar cubierta por una tienda de mantas que le proteja de la luz acaban envueltos en una misión mucho más grande que todos ellos por separado. De esa manera, entramos en una historia muy polifacética, que apela a los aficionados al mundo de los vampiros, pero también a lectores que entren aquí desde pretensiones bien distintas. Porque sí, esta es una historia de vampiros, una sincera, que entra de lleno en su mundo, que se ríe de sus convencionalismos, que hasta se carga creencias que en otras historias de vampiros darían por hechas sin pestañear, pero busca otros niveles. Es una buddy movie, es un thriller de espías, es una sátira, pero también una comedia. Y aunque no dejan de pasar cosas, cuando llegamos al final nos damos cuenta de que lo que más hay es diálogo, escenas en las que en teoría no pasan cosas. Por eso estamos ante una divertida paradoja que espera un final para que la moneda caiga de un lado o del otro, para que confirmemos lo que tiene de genialidad o asumamos que es una locura sin límites.

Rubín es, de hecho, el que pone la cordura en todo esto. No porque su estilo sea serio, que no lo es ni lo quiere ser para esta historia y aunque nos haya acostumbrado a ilustrar guiones propios de una gravedad incomparable con lo que ofrece Operación amanecer. Tampoco porque el guion no la tenga, porque al final Rubín plasma muy fielmente lo que quieren trasladar los escritores. Hablamos de cordura en cuanto a las expectativas de género. Da la sensación de que Rubín se lo ha pasado francamente bien dibujando estas páginas, con sus exageraciones fantásticas y en sus rincones costumbristas, esos que decíamos que se completan con muchas escenas dialogadas, que dependen de que funcione el retrato de los protagonistas y la forma en la que dan el salto de una realidad más o menos cercana a un mundo evidente de vampiros. No es que esta sea una serie que descanse en momentos de cierta espectacularidad o movimiento, no es el caso, pero Rubín se las arregla para que la lectura sea de todo menos aburrida, no solo porque su estilo sea más o menos adecuado para la historia, que parece serlo y mucho, sino porque entiende muy bien las posibilidades de Operación amanecer y en qué registros pueden funcionar mejor. Por eso, en el ecuador, la obra deja ganas de más. Que corra la sangre, sí, que de momento entretiene mucho.

El volumen incluye los cuatro primeros números de Operation Sunshine, publicados originalmente por Dark Horse entre octubre de 2023 y enero de 2024. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de David Rubín y un portafolio de bocetos y diseños.

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